Método fácil para separar la clara de la yema
Una forma bien fácil de separar la clara de la yema sin que ésta se rompa, es cascando el huevo en un plato y echando el contenido. Utilizamos una botella de plástico de agua mineral o refresco, bien limpia, preferiblemente pequeña y con las dos manos, apretamos por la mitad de la botella para sacarle el aire. Cuando esté bien aplastada, la ponemos con la boca hacia abajo y cuando esté más o menos encima del huevo, dejamos que entre nuevamente el aire y en ese momento, absorbe la yema y se introduce sola en la botella sin romperse, dejando en el plato exclusivamente la clara. Volvemos a apretarla para sacarle nuevamente el aire y además del aire, expulsará la yema, por supuesto, en otro plato para que no se vuelva a juntar.
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